Desde el corazón de los Valles Calchaquíes celebramos 130 Años de historia con este vino Gran Malbec.

 

EL LUGAR

A 1600 metros sobre el nivel del mar, enclavada al pie de la sierra del Cajón, bajo cielos siempre despejados, en un entorno semiárido ideal para que crezca la vid y con su exuberancia de cardones, chusquis y algarrobos criollos, la zona de Tolombón es uno de los rincones más especiales de los Valles Calchaquíes.

La belleza natural de la zona es solo opacada por su extraordinaria historia. Tolombón fue la patria ancestral de los diaguitas. En las vísperas de la conquista española, fue satélite para el dominio local de los Incas, que trajeron técnicas de plantación y tecnología pionera para el cultivo de la uva. En la segunda mitad del siglo XVI, Tolombón fue la capital desde la que el legendario caudillo Juan Calchaquí lideró la resistencia contra los españoles. Las llamadas “Guerras Calchaquíes”, que se desarrollaron entre 1560 y 1667, fueron uno de los mayores y más duraderos actos de resistencia anticolonial de los pueblos originarios que habitaban lo que hoy es la Argentina.

La figura emblemática de Juan Calchaquí, cuyo título (tukma, o “cacique”) le dio el nombre a nuestro vino, vive aún en las ruinas de la antigua Tolombón, monumento histórico nacional y uno de los sitios arqueológicos más importantes del Noroeste Argentino. Las ruinas se hallan al norte de la finca donde hoy se alza Altalaluna, en la ladera de un pequeño cerro al que conduce un sendero desde la Ruta 40. 

 

LA CASA

Desde el corazón de los Valles Calchaquíes, el casco de las antiguas fincas de El Puerto y La Armonía que es hoy el Hotel Altalaluna, tiene una historia fascinante. 

Casa Tukma exterior

En 1686, tras la derrota de los diaguitas en las Guerras Calchaquíes, la zona fue asignada al encomendero maestre de Campo Don Pedro Martínez de Iriarte, en manos de cuya familia quedó hasta 1719. 

Luego de pasar por varios dueños, a fines del siglo XIX la finca fue adquirida por Don David Michel. En el salón donde hoy funciona el lobby del hotel, Don David Michel se casó con Doña Gabriela Torino López dando comienzo en 1892 a una de las dinastías bodegueras más importantes de la Argentina: Michel Torino. 

A fines de la década de 1920, Don Abel Michel Torino ofrece la casa para que en ella funcione la Escuela Nacional n. 48. Su directora, María Luisa López, fue una luchadora incansable por la inclusión de las mujeres en las aulas a punto tal que dejó su vida en ello. En 1939, empezó a recorrer las sierras a caballo para matricular niñas en una época cuando allí solo asistían varones a la escuela. Durante una de sus salidas, la sorprendió una fuerte tormenta, el caballo que montaba se asustó y le provocó una fuerte caída. Malherida, la señorita López fue trasladada a Salta y murió al poco tiempo a causa de las heridas. 

Otro episodio dramático en la historia de la casa llegó en 1949. En occasion de las elecciones de 1949, peronistas y radicales se enfrentaron a piedrazos y balazos. La trifulca provocó heridos en ambos bandos y los Michel Torino establecieron en la galería de la finca una enfermería transitoria donde se atendía a las víctimas. 

En la segunda mitad del siglo XX, la finca pasó mucho tiempo en estado de abandono hasta que, a comienzo del siglo XXI, fue restaurada y convertida en hotel. 

 

LA RUTA

Columna vertebral de la Argentina, la Ruta 40 se extiende más de 5 mil kilómetros desde La Quiaca, en la frontera con Bolivia, hasta Cabo Vírgenes, en el extremo sur de la provincia de Santa Cruz. Es una de las rutas más largas del mundo y ladea la Cordillera de los Andes recorriendo alturas, climas y paisajes de lo más diversos. 

Ruta 40 Casa Tukma

En los Valles Calchaquíes, la ruta 40 retoma el trazado de una antigua vía utilizada por los Incas antes de la conquista española que conectaba la zona del Tukmanao con Bolivia y Perú. Desde las galerías de Altalaluna, si uno mira hacia la izquierda y hacia el norte puede imaginar el ascenso hasta las regiones más elevadas y más boreales del país, como Mina Pirquitas y Santa Catalina; quien se oriente hacia la derecha, mientras tanto, estará en dirección de los cerros catamarqueños, la región de Cuyo, la Patagonia y, finalmente, el Estrecho de Magallanes. 

La Ruta 40 es también la ruta del vino. Su trazo conecta las dos regiones vitivinícolas más importantes de la Argentina, Cafayate y Mendoza, pero además pasa por los viñedos de Neuquén, La Rioja y Catamarca, extendiéndose hasta Chubut en donde se encuentran algunas de las bodegas más australes del planeta. En la zona de Cafayate, funciona como arteria principal en cualquier tour del vino y Altalaluna, en Tolombón, es lugar ideal para hacer base y organizar el recorrido.